España en los años 40
La politica exterior de Franco (germanofilia)
La política exterior franquista es una amalgama de resentimiento
nacionalista e impotencia. Tal deficiencia pudo estar acentuada
por la defectuosa información que se manejaba del medio internacional
debido al histórico desinterés por las cuestiones internacionales y a la
falta de profesionalidad de su aparato diplomático. Faltaba tradición burocrática
y planificación y había demasiada improvisación. La nueva configuración
del sistema internacional, regido por dos superpotencias extraeuropeas ideológicamente
contrarias, barrió cualquier esperanza y dejó a la diplomacia española
sin ningún proyecto.
Generalmente se ha observado la relación ente la España de Franco y la
construcción europea con un cierto reduccionismo, como un conflicto limitado
a las libertades democráticas que, si bien es cierto, no por ello resume
totalmente la realidad.
La relación entre España y Europa está salpicada de paradojas. Una de las
más sobresalientes es que Europa va a pasar de ser, en apenas quince años,
en la publicística del régimen, la representación de la "masonería internacional".
La germanofilia es la simpatía o admiración por la cultura alemana.
El término se usó especialmente en los siglos XIX y XX después de la unificación de Alemania y el auge del Imperio alemán. El término se usa no sólo políticamente sino también culturalmente.
En la Europa continental, a partir de finales del siglo XIX (fundamentalmente a partir de la guerra franco-prusiana de 1870), la dicotomía se producía más bien entre Alemania y Francia. Frente a los francófilos, los germanófilos elegirían alinearse con Alemania contra una Francia vista despectivamente como chauvinista.
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